Nada más despertarse sintió la angustia oprimiendo su pecho. Con los ojos cerrados, permaneció atento intentando oír de nuevo el sonido que le había despertado.
Era difícil contar el tiempo a oscuras y en silencio, pero ya estaba casi seguro de que el sonido sólo había existido en su sueño. No podía recordar lo que estaba soñando, pero, desde luego, debía de tratarse de una pesadilla, a juzgar por la desagradable sensación de catástrofe que le embargaba.
Miró el reloj de la mesita de noche al tiempo que volvió a oír la alarma del despertador.
De pronto lo comprendió todo: acababa de amanecer el primer lunes después de unas cortas vacaciones.
Era difícil contar el tiempo a oscuras y en silencio, pero ya estaba casi seguro de que el sonido sólo había existido en su sueño. No podía recordar lo que estaba soñando, pero, desde luego, debía de tratarse de una pesadilla, a juzgar por la desagradable sensación de catástrofe que le embargaba.
Miró el reloj de la mesita de noche al tiempo que volvió a oír la alarma del despertador.
De pronto lo comprendió todo: acababa de amanecer el primer lunes después de unas cortas vacaciones.
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ResponderEliminarValora en Bitacoras.com: Nada más despertarse sintió la angustia oprimiendo su pecho. Con los ojos cerrados, permaneció atento intentando oír de nuevo el sonido que le había despertado. Era difícil contar el tiempo a oscuras y en silencio, pero ya es.....
Jaaaa, eso me va a pasar mañana ¡horror!
ResponderEliminarA mí me pasa todos los lunes.
ResponderEliminarSaludos.
Has descrito a la perfección mi despertar del 10 de Enero. Mi pesadilla. Felicidades por la parte que te toca.
ResponderEliminarPues yo me he alegrado hoy cuando a sonado el despertador despues de tanto tiempo sin trabajar. La alegría va por barrios, jejeje
ResponderEliminarMuy bueno
Un abrazo
Hola, Céfiro, también se parece bastante a la mía. Debo de ser adivino.
ResponderEliminarConsolémonos leyendo el comentario de José Vte. él ha conocido la otra pesadilla (mucho peor), la de despertar los lunes y no tener trabajo al que ir.
Hola, José Vte. Con tantos parados en nuestro país quizás no debería haber frivolizado con este asunto. Si alguno se ha podido sentir ofendido (con todo el derecho), le ofrezco mis disculpas.
Creo que ya te he dado la enhorabuena, pero la reitero. Vale la pena recordar las cosas buenas.
Hola Ebude, no te procupes, solo era un comentario entre jocoso y de ilusión, porque recientemente he encontrado trabajo, pero para nada me he sentido ofendido, por lo menos yo.
ResponderEliminarEstoy seguro que dentro de unos dias o unas semanas, yo también me quejaré del exceso de madrugones, de hecho, he tardado tanto en contestar aquí porque ahora mismo voy pilladísimo de tiempo y no puedo casi ni entrar en el mio, llevo casi toda la semana que no he contestado ningún comentario, ni en el mio ni en ningun otro.
Y mira que también lo siento.
Un abrazo a todos
Claro, claro, ya sabía que tú no te molestarías, pero tu comentario me hizo darme cuenta de que, en estos tiempos, lamentablemente, "quejarse" por tener que ir a trabajar es una falta de respeto hacia muchas personas.
ResponderEliminarSobre tu falta de tiempo, espero que mejore cuando hayan pasado unas semanas y ya estés centrado en tu nuevo trabajo.
Saludos.
Parece que a muchos les pasa lo mismo estos días. la pregunta que me surge es ¿qué es lo que impide que la vida sean vacaciones todas ellas?
ResponderEliminarBuena pregunta, Juan. Déjame darle algunas vueltas a ver si encuentro alguna razón.
ResponderEliminarSaludos.